jueves, 5 de mayo de 2011

Un día soleado por Foncastín



Los inquietos ojancos este 9 de abril cambiaron las botas por la bicicleta y pedalearon más de 30 kilómetros por entre las dehesas de Foncastín, morada de la familia Gatón, que fue la encargada de preparar la ruta y las viandas que con tanto satisfacción degustamos al finalizar la ruta.
La historia del pueblo de Foncastín está ligada a la historia de nuestro anfitriones, los Gatones, y es que a mediados del siglo pasado tuvieron que dejar su pueblo de León, Oliegos, debido a la construcción del pantano de Villameca, que anegó viviendas y recursos naturales, teniendo que abandonar su hogar para instalarse en este pueblo situado en las márgenes del río Zapardiel.
Por lo que respecta a la ruta, nada más empezar a Dani se le rompió la bici y tuvo que tomar prestada una de Carmen, que nos guiaba alegre por los alcornocales, mientras nos contaba miles de historias sobre el pueblo y sus alrededores. Una vez que nos hubimos reagrupado continuamos la marcha, cada unos a su ritmo disfrutando del paisaje, del castillo derruido, los bosques de pinos, quejigos, alcornoques y encinas, las sendas perfectas entre campos de cultivo, el molino de aceite, las cuevas secretas y por su puesto las conversaciones distendidas de los unos y los otros. Cerca ya del pueblo nos encontramos con Irene, Rocío y Ruth, que vieron como la ruta se dividía en dos, ya que un grupo numeroso decidió alargar la ruta unos kilómetros muy ricos.
Reseñar la presencia de viejos socios que se han animado por fin a venir, Pedrito con su inseparable Talan, Toño y María de Arroyo, y otros nuevos como Vinagrero padre o Toñín atleta que se unió a la fiesta algo tardío.
El botillo nos esperaba en Foncastín, vestigio de su pasado leones los Gatones hicieron gala de su buen hacer y generosidad, una vez más gracias.


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