viernes, 19 de marzo de 2010

Viaje al centro de la Tierra


La oscuridad desapareció tras arrastrarnos por el barro dentro de una estrecha gatera que conducía a la galería de entrada. La luz del carburero de Quique iluminaba aquella espectacular estancia dentro de la tierra. El río subterráneo que provenía del interior de la cueva desembocaba allí en una cascada digna de los mejores paisajes del exterior. Nuestros amigos de la UEVA nos habían llevado a la cueva de Fuentemolinos en Burgos, un capricho de la naturaleza surgido de la erosión provocada por un caudal subterráneo. La ruta prosiguió con el agua por las rodillas y con los pies calados, un sacrificio que bien merecía la pena para poder disfrutar de todas las formaciones que nos ofrecían las entrañas del mundo. Una vez más, nuestros compañeros espeleólogos se habían superado.



Más fotos aquí

No hay comentarios:

Publicar un comentario