martes, 3 de noviembre de 2009

El Valle Esgueva en bici

El 14 de noviembre de 2009 un grupo de 18 Ojancos intrépidos sacaron las bicis a relucir y realizaron la primera ruta en bici del Club de Montaña Ojanco. A buen seguro no sera la última, ya que las sensaciones fueron estupendas y todos nos quedamos con ganas de repetir.

Os engañaríamos si obviasemos momentos duros: caídas, bicis de la mano en alguna cuesta, viento en contra, pinchazo... pero todo esto es olvidado si piensas en: paisaje, bocata en un robledal, fuente de agua fría, cafetito caliente al llegar, la sensación de velocidad al bajar...

Empezamos en la Facultad de Educación, cruzamos la vía por el apeadero y rápidamente cogimos el carril bici que nos llevaría a tomar la senda verde del río Esgueva (o la Esgueva). Todo iba sobre ruedas, nunca mejor dicho, el viento soplaba a nuestras espaldas y el tiempo nos respetaba. Rápidamente llegamos al centro de interpretación del Valle Esgueva, donde algunos ya empezaban a plantearse que era la hora del bocadillo (sólo llevábamos 30´sobre la bici).

Después de un ligero descanso seguimos por la senda pasando cerca de Renedo y Castronuevo. El camino termina en Villarmentero, punto en el cual, tomamos un pequeño tentenpié y enfilamos hacia el Norte con la intención de alcanzar la cima de los cerros de ese lado del valle. Parecía que la subida iba a ser dura pero en un momento estamos arriba comandados por nuestro particular rey de la montaña: Chema (¡menudo fichaje!)

Una vez alcanzada la cima lo más duro de la ruta había pasado, o al menos eso creíamos. Avanzamos por el páramo con la intención de encontar una senda que nos llevase por un robledal hasta la fuente del Pocico. La encontramos y comenzamos una leve bajada que nos llevo hasta la fuente en cuestión, lugar en el que por fin comimos, nos hidratamos, probamos el magnífico membrillo de Carmen y descansamos.

Después de la parada nos las prometíamos muy felices pero al acabar el robledal una monstruosa subida nos obligó a todos a cargar con la bici a la chepa. De nuevo en lo alto del páramo rodeamos el campo de tiro, que se encuentra ubicado en ese punto, hasta llegar a una buena pista, desde la cual bajamos de forma trepidante hasta Castronuevo de Esgueva. Tomamos café y seguimos bajando hasta toparnos de nuevo con la vía verde. Esta vez la tomamos dirección Valladolid donde el viento nos esperaba para darnos de cara y ponernos un poco más de dificultad en nuestro regreso.

De vuelta a Valladolid el pelotón se fue difuminando, con ganas de tomar una ducha pero pensando en la próxima ruta.


Pinchando en la foto podéis ver más imágenes, a ver quién adivina de quien es la foto del culete-culote

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