martes, 7 de julio de 2009

Arbás


El Valle de Arbás es un reducto de paz y sosiego. Más o menos cada hora pasa un vehículo que rompe esa tranquilidad. Casares de Arbás está dibujado en medio del valle, con las 3 Marías justo detrás. Aquí comenzamos la ruta. Una leve subida de 45 minutos nos llevó a otro valle, en el que sólo existía una cabaña como prueba del paso del hombre por allí. Comprobamos el Efecto Foen en las cornisas del valle y paseamos entre los pinos de la cara norte.

Cuando llegamos a Villadangos era la hora de comer. Decidimos acompañar a los bocatas con un par de botellas de sidra. Después, una mini siesta y a seguir el camino. Hora y media después, estábamos bañándonos en el Embalse de Casares. Otra vez, un final feliz.


1 comentario: