lunes, 29 de julio de 2013

La cara amarga de la montaña

La amabilidad con la que la montaña siempre ha tratado a Ojanco hace que muchas veces no pensemos en ese aspecto triste y cruel que aparece cuando menos te lo esperas. Más aún cuando alguien conocido es quien lo sufre. Ha sido una semana dura, esperando noticias de nuestro amigo Alvaro y de sus compañeros de expedición, Abel y Xevi. Finalmente, el viernes se suspendieron las tareas de rescate, dándoles por desaparecidos y prediciendo el peor de los finales, dado el tiempo transcurrido y las condiciones que ofrecía el Gasherbrum I. El sueño de Alvarito se cumplió, estuvo ahí arriba, coronando un ochomil. Y con eso nos quedamos. Admiración y respeto. Se te echará de menos, amigo.


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