La semana antes, seguro que cada componente de la expedicion habria mirado el tiempo como trescientas veces. Pero la suerte esta para los que se la merecen, y claro, este grupo fantástico de gente se merecia ese dia y mas.
Sin mucho madrugar, el bus se fue llenando de personas humanas, aunque quiza se lleno mas el maletero, de ropas de por si acaso... Escala en burgos a recoger a un compañero. En un rato largo llegamos a Miranda de Ebro y recogemos a otros tres pasajeros. Los anfitriones nos guiaron por la carretera hacia los merenderos de las peñas, que dan buena cuenta de lo bien que se lo tienen que pasar alli en verano, y alli mismo, todos firmes en formacion, la presidenta procedió a pasar revista.
Comenzamos con unas subidas chulas y unas sendas entre arboles que, sin darnos cuenta, nos llevaron hasta la ermita. Un toque de campana y seguimos hasta el mirador de la rioja (lo he bautizado asi). Según nos contó Felipe, seguimos la senda de la carrera de montaña que se corre en junio y, tras ascender un cortafuegos llegamos al mirador y después a la cruz. Alli ya era la hora de comer, fijate que casualidad, así que pillamos mesa en la terraza, todo exterior y menú del dia...
Tras comer bajamos hasta el bosque de las hadas, la verdad es que por la hora debían estar echandose la siesta, porque no las vimos, aunque alguna habría despierta porque nos regalon unos chocolates que nos vinieron de cine para abrir apetito una vez montados en el bus, dirección Miranda, donde tomamos uno de verdad, con churros en un local de gente joven.
¿Alguien vió lluvia?? NOOOOOO
¿Alguien se lo paso como os enanos?? SIIIIIIII
¿Hay que dejar de ir a las salidas por lo que diga Maldonado? NOOOOOOOOO
