Os engañaríamos si obviasemos m
Empezamos en la Facultad de Educación, cruzamos la vía por el apeadero y rápidamente cogimos el carril bici que nos llevaría a tomar la senda verde del río Esgueva (o la Esgueva). Todo iba sobre ruedas, nunca mejor dicho, el viento soplaba a nuestras espaldas y el tiempo nos respetaba. Rápidamente llegamos al centro de interpretación del Valle Esgueva, donde algunos ya empezaban a plantearse que era la hora del bocadillo (sólo llevábamos 30´sobre la bici).
Después de un ligero descanso seguimos por la senda pasando cerca de Renedo y Castronuevo. El camino termina en Villarmentero, punto en el cual, tomamos un pequeño tentenpié y enfilamos hacia el Norte con la intención de alcanzar la cima de los cerros de ese lado del valle. Parecía que la subida iba a ser dura pero en un momento estamos arriba comandados por nuestro particular rey de la montaña: Chema (¡menudo fichaje!)
Una vez alcanzada la cima lo más duro de la ruta había pasado, o al menos eso creíamos. Avanzamos por el páramo con la intención de encontar una senda que nos llevase por un robledal hasta la fuente del Pocico. La encontramos y comenzamos una leve bajada que nos llevo hasta la fuente en cuestión, lugar en el que por fin comimos, nos hidratamos, probamos el magnífico membrillo de Carmen y descansamos.
Después de la parada nos las pro
De vuelta a Valladolid el pelotón se fue difuminando, con ganas de tomar una ducha pero pensando en la próxima ruta.
Pinchando en la foto podéis ver más imágenes, a ver quién adivina de quien es la foto del culete-culote
Sin duda, ese es el culito respingón de Richi.
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